¿Qué ver en Bolonia? Un destino perfecto para el puente de San Valero con Air Horizont
Zaragoza a 20 de octubre de 2025
Si estás buscando un destino que combine historia, gastronomía y ese encanto italiano que enamora a primera vista, Bolonia te espera este puente de San Valero. Del 29 de enero al 1 de febrero, súmate a nuestro vuelo directo desde Zaragoza y disfruta de una escapada inolvidable a una de las ciudades más fascinantes de Italia.
La Piazza Maggiore: el corazón de Bolonia
Empezamos por el centro neurálgico de la ciudad: la Piazza Maggiore, una plaza monumental donde convergen siglos de historia. Rodeada por imponentes edificios medievales como la Basílica de San Petronio, el Palazzo d’Accursio (actual sede del ayuntamiento), el Palazzo del Podestà y el Palazzo dei Banchi, esta plaza ha sido el alma de la vida pública desde el siglo XIII.
La Basílica de San Petronio, una de las iglesias más grandes del mundo, es todo un símbolo. Aunque su fachada permanece inacabada, su interior sorprende con frescos y una meridiana solar que era toda una proeza científica en su tiempo. Dedicada al patrón de la ciudad, San Petronio, te envuelve con su aire solemne y majestuoso.
Las torres medievales y la aventura de los 498 escalones
Una imagen icónica de Bolonia, visible desde distintos puntos de la ciudad, son sus torres medievales. Durante la Edad Media, Bolonia llegó a contar con más de 100 torres —símbolos de poder de las familias nobles—, aunque hoy en día se conservan menos de 20. Entre todas ellas, la Torre degli Asinelli es sin duda la más emblemática. Construida en el siglo XII, con sus casi 97 metros de altura, sigue siendo una de las torres inclinadas más altas del mundo.
Subir los 498 escalones que llevan hasta su cima es todo un reto, pero el esfuerzo se ve recompensado con una panorámica espectacular del casco histórico: un mar de tejados rojizos, cúpulas, pórticos infinitos y campanarios que se extienden hasta las colinas que rodean la ciudad. Desde lo alto, se comprende por qué Bolonia es conocida como «La Rossa», no solo por su tradición política, sino también por el color cálido de sus construcciones.
Justo al lado, la Torre Garisenda, más baja pero aún más inclinada, completa la postal perfecta. Dante la menciona en la Divina Comedia, lo que demuestra su importancia simbólica y cultural. Esta torre, con su peculiar inclinación, llegó a medir originalmente 60 metros, aunque se redujo por seguridad en el siglo XIV. Juntas, las torres Asinelli y Garisenda forman uno de los paisajes urbanos más característicos de Italia, evocando el esplendor de la Bolonia medieval y conectando el presente con una historia rica en tradición y arquitectura.
El arte escondido en Santa Maria della Vita y San Esteban
La ciudad también brilla con luz propia gracias a sus joyas artísticas, muchas de las cuales se esconden en rincones donde el tiempo parece haberse detenido. Uno de los lugares que debes visitar en Bolonia es el Santuario de Santa Maria della Vita, una iglesia que guarda una de las obras más impactantes del arte sacro italiano: el Stabat Mater de Niccolò dell’Arca. Este grupo escultórico, realizado en terracota en el siglo XV, representa el dolor desgarrador de la Virgen María y los acompañantes ante la muerte de Cristo.
La expresividad de los rostros, el dramatismo de los gestos y el realismo de las figuras es tan intenso que deja sin aliento a quien se detiene a contemplarlas. No es simplemente una obra de arte, es una experiencia profundamente conmovedora. Las esculturas parecen gritar en silencio, y su intensidad sigue emocionando a los visitantes más de cinco siglos después de su creación.
Muy cerca de allí se encuentra otro tesoro del alma de Bolonia: el complejo de Santo Stefano, también conocido como las “Siete Iglesias”. Se trata de un conjunto de templos interconectados que, aunque no todos se conservan hoy, todavía transmiten un aura de recogimiento y misterio. Pasear por sus patios silenciosos, arcadas de piedra y espacios sagrados es como emprender un viaje espiritual a través de la historia del cristianismo, desde sus raíces más antiguas hasta la Edad Media.
Este lugar es uno de los más antiguos de la ciudad, y muchos lo consideran su verdadero corazón religioso. Cada rincón, cada capilla, cada detalle arquitectónico habla del paso del tiempo y de la devoción acumulada durante siglos. Es uno de esos sitios donde la espiritualidad y el arte se funden en un silencio que invita a la reflexión.
El pórtico de San Luca: un paseo cubierto hasta la Señora de Bolonia
Bolonia es famosa por sus pórticos, declarados Patrimonio de la Humanidad. Entre ellos, el más largo del mundo es el que lleva al Santuario de la Madonna di San Luca, con casi cuatro kilómetros de galerías cubiertas. Caminarlo es toda una experiencia que culmina en el santuario, situado a 250 metros sobre el nivel del mar y con vistas increíbles sobre la ciudad. La llamada “Señora de San Luca” es una figura profundamente venerada por los boloñeses.
Via Piella: la pequeña ventana al canal secreto
Entre calles estrechas y fachadas con encanto, hay pequeños tesoros que solo descubren quienes se atreven a perderse sin prisa por el centro histórico. Uno de los más curiosos y fotogénicos es la Ventana de Via Piella, una pequeña abertura en una pared que, al asomarte, te muestra algo inesperado: uno de los antiguos canales ocultos de Bolonia.
En una ciudad conocida por sus pórticos y su arquitectura medieval, encontrar un canal es una sorpresa encantadora. Este estrecho cauce de agua, enmarcado entre edificios antiguos y reflejando las contraventanas de colores, recuerda que Bolonia fue en el pasado una ciudad fluvial, con una red de canales navegables comparable a la de Venecia.
Este rincón, discreto y sin pretensiones, se ha convertido en uno de los lugares más fotografiados por los viajeros que buscan capturar la esencia más secreta de Bolonia. La escena es tan pintoresca que parece sacada de una postal antigua. Escuchar el suave murmullo del agua mientras contemplas el canal a través de la pequeña ventana es una experiencia casi íntima.
Además, muy cerca de allí, puedes continuar el paseo descubriendo antiguos molinos hidráulicos, patios escondidos y tiendas tradicionales que conservan el espíritu auténtico de la ciudad. La Ventana de Via Piella es, sin duda, uno de esos detalles que hacen que Bolonia no deje de sorprenderte a cada paso.
Fuente de Neptuno: símbolo renacentista
En un lateral de la Piazza Maggiore encontrarás uno de los iconos más reconocibles de la ciudad: la Fuente de Neptuno, una obra monumental del siglo XVI que representa mucho más que un simple adorno urbano. Diseñada por el escultor flamenco Giambologna, esta fuente fue encargada por el papa Pío IV para simbolizar el poder de la Iglesia sobre el mundo, con Neptuno extendiendo su brazo como gesto de dominio, tal como un papa lo haría en el ámbito espiritual. De ahí que muchos la consideren una metáfora visual del poder papal.
La figura central del dios del mar, majestuosa y vigorosa, se alza sobre un pedestal decorado con sirenas, delfines y criaturas mitológicas que escupen agua. Cada ángulo de la fuente revela un detalle distinto: desde las curvas del cuerpo de Neptuno hasta las expresiones vivas de los tritones. Al caer el sol, cuando la plaza se tiñe de tonos cálidos, la escultura adquiere un aura casi teatral, rodeada de turistas, artistas callejeros y locales que se detienen a descansar en sus escalones.
La Fuente de Neptuno no solo es una parada obligatoria por su belleza y simbolismo, sino también un punto de encuentro y un escenario vivo que conecta pasado y presente. Muchos la consideran el corazón fotogénico de la ciudad, y desde su ubicación estratégica se pueden admirar algunos de los edificios más importantes del centro histórico. Visitarla es dejarse envolver por el alma artística y política de Bolonia.
Cultura, gastronomía y vida local
Bolonia es también ciudad de cultura viva. Aquí se encuentra la universidad más antigua de Europa, y el ambiente juvenil se nota en sus librerías, cafés, mercados y teatros. El Museo de Arte Contemporáneo MAMbo, ubicado en una antigua panadería industrial, es un excelente plan para quienes buscan una mirada más actual.
En cuanto a la gastronomía, prepárate para saborear platos memorables: desde los clásicos tagliatelle al ragù (la auténtica boloñesa) hasta tortellini en caldo o lasañas caseras que te harán querer repetir. No olvides maridar tu comida con un buen vino local o un espresso bien fuerte. ¡Aquí sí que merece la pena comer despacio y disfrutar!
Los encantos del invierno en Bolonia
Visitar Bolonia en invierno tiene un encanto especial. Las calles se visten de luz, los mercados de temporada llenan las plazas y los olores de castañas y vino caliente invitan a callejear sin rumbo. Es un destino perfecto para una escapada de fin de semana en pareja, con amigos o en grupo, especialmente durante el puente de San Valero.
Además, la ciudad está perfectamente conectada: su estación de tren te permite, si te apetece, hacer excursiones de un día a Florencia, Módena o Parma, aunque Bolonia tiene tanto que ofrecer que probablemente no querrás moverte de allí.
Vuela directo con Air Horizont y empieza tu escapada desde Zaragoza
¿Y si te decimos que todo esto está a solo unas horas desde casa? Con nuestro vuelo directo desde Zaragoza a Bolonia del 29 de enero al 1 de febrero, tendrás la oportunidad de vivir un viaje inolvidable con toda la comodidad y el estilo de Air Horizont.
Olvídate de escalas, conexiones complicadas o aeropuertos abarrotados. Súbete con nosotros y aterriza en el corazón de Italia para vivir una experiencia cultural, gastronómica y emocional que recordarás mucho después de haber vuelto.
Este puente, regálate algo diferente. Regálate Bolonia.
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